Miedos

El miedo es un estado emocional consciente manifestado física y psicológicamente frente a un estímulo real y conocido. Es una emoción completamente natural en el ser humano, porque forma parte de su instinto de supervivencia. Se trata de un fenómeno evolutivo porque su finalidad es señalar la presencia de peligro para poder reaccionar y preservarse salvo y seguro. Entonces, los miedos son reacciones ante una serie de estímulos (externos o internos) que el individuo concibe como amenazadores. De esta forma, se considera completamente normal que los niños le tengan miedo a ciertas situaciones y objetos.

La mayoría de los miedos en los niños son transitorios, es decir corresponden a su nivel de desarrollo y desaparecen y cambian conforme van creciendo. Niños de edades similares suelen compartir los mismos miedos justo por su misma etapa de desarrollo. Por ejemplo, es normal que los niños de 2 a 6 años posean de 4 a 5 miedos cada uno y que en un rango de 6 a 12 años se tengan 7 miedos en promedio. Por lo tanto, se puede decir que existen miedos específicos para cada fase del crecimiento, entre los que destacan en:

 

-Recién nacidos: a perder un apoyo (el cual se manifiesta a través del llanto)

-6 meses: estímulos nuevos (sobretodo los varones)

-De los 9 a los 24 meses: separarse de la madre o quedarse solo en algún lugar (miedo que si no es superado será la principal causa de otros problemas en la infancia).

-De los 2 a los 4 años: al retrete (por el control de esfínteres)

-3 años: a los perros

-4 años: a la oscuridad

-6 años: a la escuela, a los seres imaginarios (fantasmas, brujas, etc).

-De los 6 a los 9 años: miedos relacionados con la aceptación social como no ser bueno en cierto deporte o en la escuela o hacer el ridículo.

-De los 9 a los 12 años: a problemas en la familia (divorcio, violencia, etc), a catástrofes (incendios, accidentes, enfermedades, etc).

-De los 12 años en adelante: a los embarazos, suicidios, sexualidad, aborto, etc.

 

En cuanto a la expresión del miedo existen diferencias individuales en cada niño basadas en el temperamento, contexto y experiencias pasadas. Entre las respuestas más comunes se puede encontrar la eneuresis, berrinches, pesadillas, retraimiento, conducta agresiva, etc. Existen diferentes métodos para abordar estos síntomas, de los cuales profundizaremos en nuestra siguiente entrada: ¿Cómo abordar los miedos?

 

Referencias:

Jiménez, M., (1995), Psicopatología Infantil, Ed. Aljibe, Málaga.

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