Mala Alimentación

Los primeros años de vida son de suma importancia para el desarrollo físico, emocional, cognitivo, de cualquier ser humano. Por lo mismo, la alimentación resulta vital para un buen crecimiento. La idea típica que se tiene para lograrlo es seguir rutinas y reglas estrictas a la hora de comer como “comer frutas y verduras” (éstas últimas a la mayoría de los niños no les gustan). Sin embargo, conociendo un poco más acerca de los tiempos y ritmos de cada pequeño podemos lograr instaurar un orden flexible en cuanto a su nutrición. Por ejemplo, hacer de la comida un momento divertido propicia una mejor aceptación de los alimentos, incluso pueden pasar tiempo juntos mamá y papá y los hijos cocinando, haciendo figuras con los platillos y demás para que ésta sea atractiva para ellos.

Asimismo, hay que tener en mente que los niños son variables. Es decir, a veces no quieren comer, ya sea porque estén enfermos, saturados o simplemente porque algo le llama más la atención como jugar, por ejemplo. Por otra parte, otros días tendrán un apetito desmesurado. Estos cambios son normales, no hay que preocuparse tanto ni reaccionar inmediatamente porque incluso algunos niños utilizan estas formas para llamar la atención de la madre garantizando su compañía, sobretodo porque cuando lo hace a veces le sirve. Entonces, para que la hora de la comida no se vuelva un momento de tensión, mejor generamos estrategias para que siempre esté bien nutrido no importando la cantidad de alimento que ingiera, a menos que el médico esté preocupado por el peso del menor.

Aquí te enlistamos algunos principios básicos para la nutrición de los niños:

  1. Todo cuenta: si el niño come poco que sean alimentos nutritivos.
  2. Alimentos chatarras, ya que aunque generan una sensación de saciedad y son fáciles de conseguir NO NUTREN y además engordan. Evítalos antes de las comidas y de la hora de dormir.
  3. No saltarse comidas.
  4. Las dietas en niños no funcionan, mejor opta por una adecuada selección de alimentos que aporten lo que se requiera (peso o nutrientes).
  5. Fomenta el consumo de alimentos que aporten fibra, vitaminas, proteína, minerales, etc, (ojo: los productos comerciales que dicen “adicionado con 12 vitaminas y minerales” no cuentan!)
  6. Limita el consumo de azúcar (cualquier tipo), opta mejor por lo natural (ej: miel, fruta, caña, miel de agave, etc.)
  7. Evita alimentos enlatados, procesados, con químicos (sí, ese juguito color rosa princesa y los refrescos) y conservadores. Prefiere lo natural siempre que puedas.
  8. Da buen ejemplo!!! Come lo que quieras que el niño coma. Es importante que te vea comiendo sanamente, el ejemplo de mamá y papá es más fuerte que cualquier explicación que le puedas dar tú, la escuela, la televisión, etc.
  9. El desayuno es la comida más importante! ya que aporta energía para un buen rendimiento físico y mental.
  10. Utiliza alimentos ligeros (por ejemplo bebibles) cuando hay poco apetito.
  11. Evita comer frente al televisor, ya que eso distrae y hace que el momento de la comida tarde mucho y que el niño coma compulsivamente.

 

Referencias:

Díaz, M.E., et Figueroa, M.E., (2006), Para Nutrir bien a Niños Melindrosos, Ed. Pax México.

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