El papel del Padre

Así como en la naturaleza el papel masculino comprende la protección tanto del territorio, como de las crías, de la familia y de la progenitora, o también se le adjunta la seguridad, la obtención del alimento, etc; en la especie humana va más allá de estas funciones que se han ido modificando con el paso de los años. El padre concebido socialmente sí tiene un papel de proveedor que data desde la prehistoria debido en gran medida a su mayor fuerza física y por otro lado como una compensación a la imposibilidad de dar a luz. Psicológicamente, cumple con el rol de un tercero dentro de la díada madre hijo, lo cual, posibilita y habilita muchas funciones en los niños.

Algunas teorías psicológicas recalcan la importancia del padre como aquel que permite la separación entre la madre y el hijo para que éste logre ser independiente; así como ser la figura necesaria para producir los apegos. También, permite a los hijos identificarse con los roles de género y formar su identidad sexual. De la misma forma, la presencia de un padre y su relación con la madre, sirve como pauta de futuros patrones de relaciones de pareja al observar los roles de sus padres representando diferentes funciones como: el de ser proveedor, el de soporte emocional, el de cuidado y protección, etc. Igualmente, permite al niño pensar en que es importante para un segundo y no sólo para la madre, lo cual repercute en su autoestima. Por lo tanto, el papel de padre y el de la madre no son iguales. Las diferencias radican incluso en la forma en que conviven con los hijos. Por lo general, las madres están la mayor parte del tiempo presentes, mientras que los padres pasan menos tiempo en casa. Asimismo, la forma de interactuar difiere, ya que la relación de la madre con el hijo es más pasiva (se refiere a cuidados básicos, hábitos, etc), en cambio los padres son más activos (juegan, pasean, etc).

En conclusión, no cualquier persona puede desempeñar el rol de padre, ya que más allá de la función biológica, se necesita compromiso porque es una actividad muy demandante, difícil y que requiere de ciertas habilidades específicas. El ser padre involucra para el varón una serie de cambios emocionales y psicológicos que le permitan estar preparado. Asimismo, implica dificultades, exigencias y frustraciones, pero también es fuente de intensos disfrutes. 

 

Referencias: 

Trowell, J., et Etchegoyen A., (2002), The Importance of Fathers, Ed. The New Library of Psychoanalisis.

Burin, M., et Meler, I., (2000), Varones, Ed. Paidós

Antohony, E., et Bendek, T., (1983), Parentalidad, Ed. Amorrortu.

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