Agresividad

En cuanto a niños agresivos existe un dilema entre si éstos ¿nacen o se hacen? Algunos niños pueden tener cierta determinación genética a poseer un temperamento más fuerte, con ciertas características que lo hacen más proclive a responder de manera agresiva. Adicionalmente, los niños pueden aprender a ser claramente agresivos si son recompensados socialmente por dichas conductas; es decir, el contexto familiar y sociocultural determinan en gran medida el uso y la forma de descargar el impulso agresivo. El entorno familiar es generalmente la esfera principal en la que se aprenda el comportamiento agresivo. Es importante remontarse un poco a la primera infancia y reflexionar acerca de las conductas del bebé, pero también de los cuidadores para determinar el origen o razón de la conducta. El apego inseguro y la falta de límites puede estar provocando conductas agresivas. Los niños también aprenden a través de la imitación de modelos de agresión.

La agresividad es parte de la dotación humana, por tanto es natural en sí y saludable (no se espera retraer totalmente esa conducta). Ésta sirve para defenderse, para lograr la supervivencia animal y humana, para lograr nuestra metas, etc. A los 12 meses los bebés empiezan a mostrar signos de agresividad hacia los demás. Conforme crecen se pueden observar ciertos comportamientos agresivos, por ejemplo en la defensa de su posesión de juguetes, rivalidades con hermanos, etc. Entre los 5 y 6 años se espera que inicie a controlar su conducta agresiva y utilizarla sólo cuando se siente atacado. A los 8 años los niños ya deben haber logrado el control de su agresión para el logro de metas de supervivencia, de defensa y para fines socialmente aceptados.

Los juegos o juguetes son objetos en los cuales evidencian su agresión. A pesar de que actualmente el entorno está lleno de violencia y la mayoría de los juegos y juguetes son agresivos (armas, batallas, matanzas, etc), la violencia en el juego es innata. Es decir, aunque no hubiera este tipo de juguetes prefabricados con historias agresivas, los niños podrían inventarlas y crear sus propias armas y escenarios que les permita canalizar su impulso agresivo.

Existen distintos tipos de agresión infantil. En primer lugar se encuentra una agresividad tosca e intimidatoria que por lo general se limita a situaciones de juego, ya que en el exterior pueden ser tímidos, callados y con poco liderazgo. Otro tipo de niños, son físicamente agresivos, muy dominantes, molestan a los demás sin ser provocados, éstos usualmente tienen una víctima; podemos denominarlo como el típico “Bully”. Finalmente, otro tipo de agresión es la verbal, la cual ocurre fuera de las situaciones de juego, si bien tanto no son físicamente violentos, comúnmente gozan de aceptación académica, no son populares, hay rechazo entre sus pares.

En conclusión, todos los niños son agresivos en cierta medida. Uno se percata de que un niño esta mal comparándolo con sus otros compañeros; es decir, si sus reacciones son demasiado exageradas, explosivas, violentas físicamente en comparación a las de sus pares se debe tomar medidas. Se puede empezar observando si existen detonantes para su conducta, en dado caso que haya algún factor que pueda evitarse o resolverse, hay que hacerlo. De la misma forma, es importante observar lo que ocurre alrededor del pequeño, puede que esté reaccionando agresivamente porque alguien lo molesta, lo critica, considera que alguna situación es injusta, los adultos que le rodean no tienen control sobre sus propias emociones, etc. Definitivamente, el primer paso sería que los padres hablarán con el niño para ver lo que le está pasando sin que se sienta ofendido y tomar medidas, entre éstas ponerle límites, enseñarle a manejar sus emociones, ya que el enojo y agresión van muchas veces apareados y es importante que el niño descargue, pero de manera segura como jugando football, practicando deportes, dibujo, artes, etc.

 

Referencias:

Train, A., (2001), Agresividad en niños y niñas: ayudas, tratamiento, apoyos en la familia y en la escuela, Ed. Narcea, España.

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