El abuso sexual no es un fenómeno raro, sino más bien es la negación de la sociedad lo que hace que sea poco conocido. Se estima que entre el 15 y 45 por ciento de las mujeres y el 3 y 9 por ciento de los hombres han sufrido este tipo de problema. Hoy en día el sistema legal ha avanzado en comparación con otras épocas, sin embargo sigue siendo muy importante el papel respecto a la acusación del niño. Es común que no se les crea porque se piensa que están inventando o están diciendo mentiras y por falta de evidencias físicas, ya que el tipo de violencia que se usa con ellos es psicológica sobretodo amenazas.

Lo más recurrente es que el abuso sexual se de por parte de alguien cercano a la familia o incluso un mismo integrante de la misma. Gil (1997) menciona que el Departamento de Policía de los Ángeles creó un perfil para delimitar a las personas abusadoras de niños y se encontró que más allá de la concepción típica que se tiene que este delito es cometido por “viejos cochinos que les ofrecen dulces a los niños en el parque”, se da por hombres casados, con hijos, de clase media, con título profesional y que por problemas interpersonales realizan esta actividad. Asimismo, comenta que la mayoría de los pedófilos suelen obtener empleos donde estén en contacto directo con los niños, como guarderías, centros recreativos, etc.

Toma en cuenta, que una terapia no significa un proceso legal y sí lo que quieres es saber inmediatamente si ha tenido un tipo de trauma sexual como abuso físico, es mejor que acudas a las instancias correspondientes.

 

Referencias: 

Sullivan, D., El sexo que se calla, Ed. Pax México, México, 1997, 277 pp.