Forjando Hábitos

“Un hábito es una acción que hacemos por costumbre y es el resultado del aprendizaje o la práctica” 

-Verduzco & Murow-

Nuestra vida esta llena de hábitos (positivos y negativos!), mismos que aprendimos de niños y que hemos modificado con las repeticiones constantes de una misma acción, por ejemplo lavarse los dientes después de cada comida. Los hábitos con los niños se instrumentan de la misma manera, repitiendo una y otra vez la misma actividad hasta que esa conducta forme parte de su rutina diaria.

El establecimiento de hábitos en la infancia es de vital importancia, ya que mientras más se invierta en establecer costumbres positivas en los primeros años de vida resultará en menos esfuerzo para hacer las tareas cotidianas y en una mejor estructura en la vida diaria del niño (menos pleitos y mayor armonía). Asimismo, el tener hábitos básicos desemboca en una vida más ordenada, con mejor distribución del tiempo, lo cual conlleva a poder tener más tiempo libre. Por ejemplo, tengo buenos hábitos de estudio diario, un día antes del examen no necesito estudiar tanto tiempo como lo hubiera hecho si no hubiera estudiado diario, entonces estoy relajado, puedo dormirme temprano y tener un excelente desenvolvimiento en mi prueba.

Los principales hábitos que se forman en la infancia son: la alimentación, el sueño, el control de esfínteres, la higiene, el orden. Brevemente te hablaremos de la mayoría de ellos:

  • Alimentación: Existen dos tipos de hábitos en relación a este tema, los primeros son las conductas asociadas a la hora de comer como sentarse a la mesa, agarrar bien los cubiertos, no jugar con la comida, etc. Este tiempo destinado a comer, representa un gran espacio de convivencia y de bienestar para la familia. Asimismo, se pueden forjar hábitos de limpieza como levantar y lavar los platos, ayudar a poner la mesa, etc. De la misma forma, impulsar al niño a realizar estas actividades lo ayudan primero a regularse (poder anticipar a qué consiste el ritual de la comida) y después a construir las bases de su autosuficiencia. Los segundos se refieren en sí a los hábitos alimenticios, es decir, comer sano, balanceado y en cantidad suficiente. Posteriormente en nuestra entrada Una buena alimentación puedes conocer qué es lo que debe comer un niño en crecimiento y como enseñarle a llevar una dieta adecuada. Finalmente, ten en cuenta que para instaurar hábitos alimenticios es muy importante que el ambiente destinado a la comida sea adecuado, de lo contrario no se le puede exigir nada al pequeño.
  • Sueño: Es importante establecer hábitos de sueño, ya que los niños necesitan ayuda para regular sus funciones biológicas, para algunos es más natural y para otros es más difícil y constituye una verdadera batalla lograr el sueño. Para establecer hábitos al dormir se debe seguir una serie de actividades que vayan anunciando la hora de ir a la cama, como pasar de una actividad agitada a una relajada, ponerse la pijama, cenar, irse a acostar, contarle un cuento y apagar la luz. Si esta rutina la sigue un hermano mayor, es mucho más fácil enseñarle a los pequeños. La hora de dormir puede ser otro de los momentos de convivencia en el que platiquemos con el niño sobre sus actividades, ideas, inquietudes, problemas, le ayudemos y le mostremos afecto. De la misma forma, es importante recalcar en este establecimiento de hábitos del sueño, la importancia de que el niño duerma solo en su propia cama, ya que así descansa mejor, es más independiente y se respetan ambas intimidades.
  • Control de Esfínteres: Antes de empezar a forjar hábitos, hay que observar si el niño ya está preparado para aprender a regular sus esfínteres, debe tener la madurez necesaria. Además es un proceso que lleva tiempo y esfuerzo y la forma en que es tratado es vital para su desarrollo. Si este proceso no se lleva a cabo en el tiempo preciso, puede resultar muy decepcionante y bajar su autoestima. Algunos tips para enseñar la regulación de los esfínteres es empezar en vacaciones, utilizar ropa floja que le permita bajarse los pantalones rápido (sin botones, cierres, etc.), utilizar un baño donde el niño se sienta seguro y con privacidad, así como, irle aproximando acompañándolo al baño a través de encuentros paulatinos, primero la bacinica, después el excusado, etc. Esta evolución por lo general requiere 6 meses antes de lograr un control total, la regulación nocturna suele tomar más tiempo. Es importante de la misma forma, ir enseñando hábitos de limpieza cuando ocurran percances como cambiarse de ropa, bañarse, limpiar el baño, la cama, etc. Para que este proceso fructífere es muy importante la edad, además recuerda que tú eres el adulto, no te desesperes si hay percances, mejor ayúdale.
  • Higiene: La finalidad de tener hábitos de limpieza es la salud y cuidado del cuerpo. Se los tenemos que enseñar al niño desde que es pequeño, ya que será más fácil que los adquiera si forman parte de la vida cotidiana de la casa. Los principales son bañarse, lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño, peinarse, lavarse los dientes después de cada alimento, usar ropa limpia, etc. Recuerda que para que los aprenda son importantes dos cosas: una, hacerlos tu mismo y dos, repetir y repetir. Cuando va aprendiendo es muy importante gratificarlo con palabras de aliento, y contacto físico, como abrazos. De acuerdo a la edad, puedes ir aumentando el nivel de exigencia, es decir ya sabe bañarse solo, ahora que dejé limpio el baño.

 

Referencias:

Verduzco, M., Murow, E., Como poner límites a tus niños sin dañarlos, Ed. Pax México, México, 2001, 133 pp.

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