Apertura Sexual

En la infancia, se aprende acerca de la sexualidad por los padres, amigos, de la sociedad en general a través de la televisión, y de la auto exploración, de su curiosidad natural. Por lo tanto, es importante guiarlos en el proceso de aprendizaje de la evolución de su sexualidad, hasta la adolescencia, momento en el cual este aspecto toma lugar de manera más amplia en su vida. Esto quiere decir que hay que hablar y entablar una relación de confianza desde que son pequeños; sobretodo porque su círculo primario de aprendizaje, la familia, es el que más le dotará de patrones y experiencias.

Los niños empiezan a descubrir la sexualidad empezando por las diferencias anatómicas entre mujeres y hombres, desde la forma de ir al baño hasta el observar los genitales de los padres. Así, empiezan a colocar nombre a las diferencias y similitudes sexuales. Como se menciona en Explicando la Sexualidad, es muy importante que toda la información que se le de al infante sea verdadera y acorde a su edad, sobre todo en las preguntas típicas de ¿Cómo nacen los bebés?, ¿Para qué sirven los genitales?, etc. Conforme van creciendo, se empiezan a preocupar más por las relaciones amorosas, las citas, el cortejo y el matrimonio, lo cual se puede observar en los juegos infantiles de “La Casita”, “La familia”, etc. Asimismo, en la escuela van adquiriendo los conocimientos necesarios acerca de la evolución sexual, los cambios de la pubertad y el paso a la adolescencia.

Entonces, sí estos círculos son vitales para la transmisión de conocimiento del niño, es de suma importancia saber como proceder ante la explicación de la sexualidad, así como el manejo de conductas sexualizadas y sobretodo la imposición de límites. El hecho de establecer una comunicación abierta, donde se explique de manera adecuada y real, no quiere decir que se establezca una apertura sexual orientada hacia el libertinaje. Ésta relación debe estar basada en el respeto por uno mismo. Se deben enseñar valores y moral acerca del sexo y la sexualidad durante todo el desarrollo del niño. Conforme el infante va descubriendo, las guías impuestas por los padres les enseñan el balance de estas actividades en su vida. Reacciones exageradas, enojonas, temerosas o censuradas mandan mensajes a los niños acerca de ellos mismos, de su sexualidad y de su expresión. Por el contrario, si los padres se comprometen activamente con acciones, se crea una enseñanza mucho más sólida, que sólo con palabras.

Todos expresamos actitudes acerca de la sexualidad, con las simples palabras que utilizamos acerca de las mismas. La elección de expresiones usadas en distintos climas emocionales como el enojo, pueden enseñar valores y actitudes equivocadas. Asimismo, la elección personal de los padres acerca de programas de televisión, películas, juegos y revistas proveen al niño de información. Por lo que, si se quiere educar de una manera adecuada, es recomendable elegir los mejores medios para fomentar un sano desarrollo.

Referencias: 

Sullivan, D., El sexo que se calla, Ed. Pax México, México, 1997, 277 pp.

Gil, E., Sexualized Children, Ed. Launch Press, 1993, United States, 360 pp.

Gil, E., A Guide for Parents of Children Who Molest, Ed. Self Esteem Shop, Mississipi, 1995, 31 pp.

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