La Adolescencia

La adolescencia es una fase más del desarrollo del ser humano: es la transición entre ser niño y ser adulto. El significado de la palabra es el que está creciendo. Por lo tanto, existe un proceso de maduración y crecimiento especial, el cual es costoso, ya que involucra muchas pérdidas para el adolescente aunque también ganancias. En este avance se da una búsqueda de identidad y comportamiento, lo cual es característico de esta etapa.

En cuanto a las pérdidas y ganancias podemos encontrar dentro de las primeras las relacionadas hacia la etapa de la infancia. Por ejemplo, está el cambio de tener cuerpo de niño frente al desarrollo del físico como ser sexuado. Aunado a este desenvolvimiento, se da un nacimiento de la intimidad, el cual comprende una compresión de si mismo con una conciencia personal. Asimismo, cambia el rol de ser hijo frente a los padres donde se cuida y protege para buscar ahora independencia, libertad y voz de equidad y justicia. De la misma forma, se da la búsqueda de un comportamiento original, lo cual conllevará a generar una identidad fija posterior integrada por gustos, intereses e ideología.

En general, el adolescente busca ser él mismo, estar con él mismo (alejamiento de los padres hacia su intimidad), poder elegir y decidir (donde se busca la justicia), y tener éxito. Sin embargo, trata de conseguir estos principios bajo un panorama extremista, es decir para los adolescentes es todo o nada. Por ejemplo, quiere lograr su independencia pero sin hacerse cargo de sus responsabilidades, las cuales incluye el tener límites. Por lo tanto, el adolescente es impaciente, busca soluciones absolutas a corto plazo. Así, se requiere todo un proceso de maduración personal que le permita adaptarse a nuevas y más difíciles situaciones.

De tal forma, que la adolescencia está marcada por una desproporción entre los objetivos que persigue el adolescente y los recursos que poseen. De aquí que se pueda desencadenar un sentimiento de fracaso al no observar los resultados que ellos esperan. Entonces, adquieren una actitud resistencial, rebelde y oposicionista hacia los padres por esta misma lucha. Es decir, estas actitudes son resultado del proceso interno que están viviendo y necesitan ayuda y soporte de sus padres en lugar de reproches o reclamos.

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Referencias:

Castillo, G., (2004), Tus hijos adolescentes, Ed. Hacer Familia, España.

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