Fobia Social

Otro tipo de fobia popular es la fobia social, la cual se describe como la respuesta ansiosa (acompañada de síntomas físicos como náuseas, sudores, escalofríos, palpitaciones, calores, etc.) a actuar de forma humillante o desconcertante en situaciones sociales. Existen niveles de fobia social, desde la que es un miedo irracional a estar con muchas personas (la cual es común), hasta la grave, que se da en momentos informales, incluso en contactos personales (uno a uno). Dentro de las reacciones usuales de los niños podemos encontrar: llanto, berrinches u horror. Evidentemente, la timidez es un indicador, sin embargo hay que saber distinguir entre la normalidad y lo exagerado como por ejemplo: el mutismo selectivo (quedarse callado con ciertas personas).

Los escenarios típicos donde los niños lo presentan son: en la escuela, en reuniones familiares, en fiestas infantiles y cualquier oportunidad donde esté presente una gran cantidad de personas. Niños de entre 8 y 12 años presentan miedo a situaciones donde hay que hablar en público, hacer deportes, leer en voz alta, participar en clase, comer frente a otros, pasar al pizarrón, ir a fiestas, hablar con la autoridad, etc. Si bien, estos miedos son normales a su edad, una reacción intensa y descontrolada es indicador de que su desarrollo no está marchando bien y hay que acudir por ayuda psicológica. Ya que, como cualquier fobia, una intervención propicia puede disminuir grandes repercusiones por ejemplo quedarse aislado totalmente y deprimirse.

Entre las causas de la fobia social, se puede encontrar una experiencia traumática previa o mucho estrés como una separación, un cambio de escuela, etc. Asimismo, el temperamento del niño influye, ya que existen algunos que son más introvertidos y presentan mucha ansiedad en situaciones sociales. Al igual que en cualquier otro trastorno de ansiedad, el contexto familiar repercute mucho, ya que puede aprender comportamientos y formas de reaccionar ansiosas de sus familiares; incluso padres demasiado sobreprotectores.

Para los niños es muy difícil padecer este trastorno, ya que en general la vida está envuelta de situaciones sociales. Por lo que, deben enfrentar las mismas con un intenso malestar o padecer un mal funcionamiento escolar y social por esta causa. Por lo general, poseen poco o ningún amigo y se ven rezagados en actividades como los deportes o musicales. Tú como adulto, sobretodo si eres su padre, puedes ayudarlo siendo un modelo positivo, por ejemplo controlando sus propios miedos sociales y dando una conferencia. También puedes animarlo a socializar y frecuentar lugares poblados y poco a poco irse aproximando a hablar con algún niño, después otro y al final jugar en grupo.

 

Referencias:

Wicks-Nelson, R., et Allen, I., (2009), Psicopatología del Niño y del Adolescente, Ed. Pearson, España.

http://www.allinahealth.org/mdex_sp/SD7570G.HTM

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