Fobia Escolar

Un tipo de fobia muy común en niños es la fobia escolar, la cual es la representación de una gran cantidad de ansiedad con respecto a la asistencia al colegio. Ésta puede tener distintos orígenes, por ejemplo, el rechazo a la escuela por la preocupación de separarse de la madre y temor a que le suceda algo mientras él no está o por factores exclusivos del colegio, por ejemplo, que éste sea nuevo y no tenga amigos. Este problema puede aparecer desde pequeños y lo más común es que realicé ese tipo de conductas por la angustia de separación de la madre. Por otra parte, en niños más grande lo usual es que haya aspectos de la experiencia escolar que le produzcan demasiada angustia. El inicio de este conflicto se asocia a una experiencia vital estresante como alguna muerte, separación o cambio brusco. De la misma forma, como se aborda en el tema de fobias ( un patrón en la familia de ansiedad y respuestas aprendidas puede enseñar al niño a actuar y responder igual ante situaciones de estrés. Un estilo de crianza sobreprotector puede generar también el rechazo a la escuela.

La angustia de esta fobia suele estar acompañada de síntomas físicos como mareos, dolores de cabeza, hinchazón, nauseas, entre otras manifestaciones. Es muy importante saber como actuar frente a estas situaciones porque en ocasiones nuestra mejor intención puede dañar o alentar más las conductas, es decir el ir por el niño al colegio cada que llora en lugar de ayudar, refuerza su conducta (sabe que si hace berrinche, logrará salir de la escuela), más aún si llegando a casa puede jugar o disfrutar de su comida favorita. Por lo tanto, si en casa se la pasa mejor que en el colegio, evidentemente no querrá asistir. Asimismo, este comportamiento genera gran ausentismo a clases, lo cual no es beneficioso para él.

Evidentemente, cualquier manifestación de este tipo de conducta merece atención psicológica. Sin embargo, la participación de los padres y maestros es vital para el adecuado tratamiento. En primer lugar, se sugiere no suspender la asistencia a clases, es decir a pesar de todas las conductas que el niño actúe para salir del colegio no se debe retirarlo de la escuela. Asimismo, las maestras deben emplear técnicas para retener al niño activo. De la misma forma, toda asistencia al colegio, aunque sea involuntaria debe premiarse (recordemos el artículo de límites donde se menciona que los mejores elogios son emocionales, como momentos de convivencia, no sólo materiales). Igualmente, los padres y terapeutas pueden utilizar cuentos que aborden la temática de los temores y donde se provea de herramientas para enfrentarlos. Poco a poco, conforme vaya logrando avances, se puede organizar una fiesta en la escuela para celebrar que “asistió una semana”.

 

Referencias:

Wicks-Nelson, R., et Allen, I., (2009), Psicopatología del Niño y del Adolescente, Ed. Pearson, España.

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